Las redes sociales en Internet han supuesto una revolución en las relaciones empresa-cliente. Una gran porcentaje de los consumidores espera ya que las marcas se muestren cercanas a sus necesidades y respondan de forma rápida a aquellas dudas que les surjan sobre los productos y servicios que han contratado.
Tener presencia en Facebook es casi un imperativo para aquellos negocios que comercializan productos de gran consumo y la franja de edad en la que se sitúan sus clientes se encuentra entre los 18 y los 50 años. No sólo se trata de realizar acciones de marketing mediante esta plataforma, si no de estar disponible en ella escuchar de primera mano las inquietudes que los usuarios puedan expresar sobre la empresa.
Una de las desventajas de Facebook desde el punto de vista del uso como herramienta comercial es la rapidez con la que los responsables de la plataforma realizan cambios en la misma. Alteraciones en la forma de publicar los mensajes, modificaciones en los datos que proporcionan de las interacciones con los usuarios o cambios sustanciales en los términos y condiciones de uso se producen cada poco tiempo.
Aquellos que son responsables de diseñar o implementar acciones de marketing para cualquier compañía que impliquen el uso de Facebook de alguna manera se ven obligados a revisar continuamente si aquello que se tenía planificado puede realizarse tanto a nivel técnico como de si cumple las condiciones de uso consideradas adecuadas por la plataforma de Zuckerberg. Así, es posible que determinadas promociones que se hayan proyectado a principios de un trimestre no sean viables unas semanas después por algún cambio que Facebook haya ejecutado.
No sólo quienes deben lidiar con Facebook a nivel profesional encuentran dificultades para estar al tanto de las modificaciones. También los usuarios que lo utilizan para mantenerse en contacto con sus familias y amigos tienen que estar en un proceso continuo de actualización debido a los cambios en el aspecto y funcionamiento de la red social, llegando incluso a mostrar su descontento de forma pública en sus perfiles y en otros lugares de Internet por la eliminación de ciertas funcionalidades.
Quizás los responsables de Facebook deberían plantearse si la frecuencia en la introducción de modificaciones en la plataforma puede afectarles negativamente a medio-largo plazo porque los usuarios se cansen de estar obligados al cambio constante.