Las palabras Big Data forman uno de esos términos que están presentes en todas las publicaciones que tratan sobre las nuevas tendencias en el mundo empresarial, pero ¿saben las empresas sacarle partido?. En ellas se asegura que el tratamiento de grandes cantidades de información es la clave para el futuro del desarrollo de negocio de las grandes empresas. A pesar de que en la actualidad este tema suscita un gran interés entre los ejecutivos de las grandes compañías, realmente son pocas las que están manejando Big Data propiamente dicho y aprovechando sus posibilidades para aumentar sus beneficios.
En primer lugar, no son muchas las empresas a lo largo del mundo que recopilen tanta información como para que esos conjuntos de datos superen las capacidades del software habitual para ser procesados en cortos espacios de tiempo (verdadera definición de Big Data) a pesar de que el número de entradas en una base de datos pueda parecer enorme a escala humana.
Por otro lado, gran parte de las compañías que si generan en su actividad una cantidad de datos apreciable como para ser considerado Big Data tan sólo están almacenando esa información en sus servidores y no la utilizan para tomar decisiones a nivel empresarial o estimular las ventas entre sus clientes. En muchas ocasiones el hecho de que no se procese todo aquello que se almacena responde tan sólo a una cuestión de escasez de recursos técnicos para ello.
Aún así en algunos casos están demostrando la utilidad del procesamiento de grandes cantidades de datos para conseguir los objetivos marcados por una corporación. Como ejemplo tenemos el caso de cómo los responsables de la última campaña presidencial de Barack Obama cruzaban datos procedentes de encuestas telefónicas, información recogida en la web e incluso publicaciones de los ciudadanos en redes sociales para conseguir el mayor número de votos posibles y hacer así que el presidente norteamericano repitiera mandato otros cuatro años más.
