Analizar y mejorar la conversión de cara a 2015

Si el análisis de la información de los servicios que estás empleando en Marketing Digital no te ha servido para mejorar los objetivos de tu negocio, quizás sea la hora de que empieces a valorar un cambio. No hay excusa para no analizar y mejorar la conversión de nuestra presencia online, ya que si no, la mayoría de nuestros esfuerzos servirán para nada. Os daremos algunas claves para este análisis de cara a 2015.

En primer lugar, debemos tener claro cuál es nuestro objetivo. En la gran mayoría de los casos es una venta, por lo que ésta constituirá la llamada ‘conversión’. Además, es cuantificable en dinero. Por ejemplo, en una web de ropa, cada vez que se realiza una compra, se logran unos beneficios netos por el valor de dicha compra. De ahí que podamos extraer el retorno de la inversión, que pondrá en relación a los ingresos que entran vía web con los costes. Hay que asumir que los costes de conversión abarcan otros como los de posicionamiento o Social Media, ya que son formas de lograr esa deseada conversión.

No obstante, hay que tener en cuenta otros factores como la diferencia de las conversiones fuertes y las débiles. Las primeras son aquellas que te permiten cerrar transacciones directamente desde la web, y las débiles, otras en las que el usuario realiza un movimiento de valor para el comerciante, como abrir un catálogo de servicios, solicitar más información acerca de un producto o servicio, darse de alta en el sitio, rellenar un formulario o suscribirse vía RSS o Newsletter. Además, debes prestar un análisis diferenciado a los distintos canales de conversión, esto es, las diferentes maneras de potenciar esa acción por parte del usuario.

Una vez que logres identificar el problema, debes tomar las medidas necesarias: bien en el proceso de lograr que el usuario llegue a la web o bien en la propia página. En esta última, se pueden desarrollar tests para ver qué es lo que mejor funciona. No obstante, puedes seguir unas pautas que pueden ser muy adecuadas. Por un lado, añadir listados de productos claros que conduzcan al consumidor a la conversión, con una navegación intuitiva y sencilla. Por otro, introducir siempre el precio y el carrito de la compra para que pueda llevar a cabo la acción. También se debe cuidar mucho la página de producto, incluyendo todo el material gráfico posible y evaluando qué funciona mejor. Por último, elementos como el vídeo animan a la conversión, ya que según estudios los consumidores que han visto un vídeo de producto convierten en un 85% más de las ocasiones.

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