En Europa y Norteamérica, los responsables de marketing de negocios online tienen que tener cada vez más en cuenta para sus estrategias que los usuarios utilizan varios dispositivos para navegar por la red y que las transacciones que comienzan en el ordenador muchas veces terminan completándose en el teléfono móvil o viceversa. Sin embargo, en los países emergentes la gran mayoría de los usuarios de la red acceden a Internet tan sólo desde un dispositivo móvil y es desde ese aparato desde el que realizan cualquier tipo de actividad online.
El menor coste de un teléfono inteligente frente a un ordenador, la manejabilidad y el que no dependa de una infraestructura terrestre para poder tener acceso a la red son algunos de los factores que hacen que muchos de los ciudadanos de países en crecimiento sean usuarios de Internet móvil sin ni siquiera haber utilizado nunca un PC. Tanto es así que aún con tasas de penetración pequeñas de smartphones, países como Sudáfrica presentan algunas de las cifras relativas más altas del mundo en compras a través del móvil.
Conscientes de la importancia que los dispositivos móviles e Internet tienen para las zonas del planeta en vías de desarrollo, son varias las grandes compañías de software y hardware que apuestan por facilitar a esos ciudadanos su disponibilidad. Google y su proyecto Loon que proporcionaría conexión a Internet a zonas remotas o los planes de Mozilla de fabricar teléfonos inteligentes de bajo coste y mayor autonomía destinados especialmente a países emergentes son sólo algunos de los ejemplos.
Las redes de información móviles no sólo influyen a nivel económico. La posibilidad de que los habitantes de los países emergentes tengan acceso a Internet gracias al móvil es clave para permitir un mayor desarrollo y evolución de estas poblaciones pues hace que los costes de adquisición de información y conocimientos disminuyan drásticamente, disminuyendo así la brecha entre las diferentes regiones del mundo.