Aquellos que desarrollamos nuestra profesión en torno a Internet y la tecnología nos pasamos el día analizando si un determinado aparato es mejor que otro o si una plataforma online aporta más o menos funcionalidades que la competencia. Normalmente, nos fijamos hasta en el más mínimo detalle a la hora de elegir cual será el próximo móvil que compraremos o el monitor de nuestro ordenador. El hecho de estar todo el día rodeados de esta tecnología y que las personas de nuestro entorno también lo estén nos hace vivir en una burbuja, aislados de la realidad diaria de la mayoría de la población.
Muchos de los que hoy en día utilizan un teléfono inteligente, una tablet y cualquier otro dispositivo tecnológico lo hacen para que les ayude en su vida cotidiana. Para mantenerse en contacto con sus seres queridos que están lejos, acceder al correo electrónico fácilmente o leer las noticias, al usuario realmente no le importa el tipo de procesador del aparato o cómo se llame la versión del sistema operativo del teléfono. Lo que realmente busca es que pueda entender su funcionamiento, sea sencillo y no le genere problemas.
¿Qué esperamos de la tecnología?
A la hora de diseñar cualquier tipo de campaña digital, deberíamos tener presente que un alto porcentaje de las personas a las que nos dirigimos no son apasionados de la tecnología ni están al tanto de todas las novedades que se producen cada día en Internet. Buscar la simplicidad de los procesos y del lenguaje utilizado y aprovechar canales que cualquier usuario pueda dominar son maneras de conseguir llegar a los usuarios de forma efectiva, en lugar de asumir de antemano que todos saben si el aparato que están usando para participar en la campaña corre sobre Android, iOS o cualquier otro sistema.
Es por ello, que, a su vez, muchos usuarios se pregunten si: ¿Hay alternativa a iOS y Android en los móviles?
