Tecnología RFID: Mucho más que un código de barras

Los códigos de barras supusieron en su momento un gran adelanto a la hora de identificar y manejar datos de forma eficiente. El sector empresarial se ha beneficiado de ellos en múltiples campos, desde el control del inventario a procesos de venta, localización de productos, etc. Con el tiempo este sistema ha evolucionado hacia otros modelos mejorados como la Tecnología RFID, cuyas ventajas lo convierten en mucho más que un código de barras.

Ventajas de la Tecnología RFID

La primera de las ventajas que ofrece la Tecnología RFID, frente a los códigos de barras, es su mayor capacidad de almacenamiento de datos. A esto le acompaña la posibilidad de poder reprogramar las etiquetas de identificación, mientras que los códigos de barras están pensados para su simple lectura sin posibilidad de modificación.

Los códigos de barras tienen un campo de visión muy limitado para su lectura. En cambio, una etiqueta RFID puede ser leída incluso sin ser sacada de su caja, algunos incluso a 10 metros de distancia. Cabe destacar que tampoco les afecta la suciedad u otros elementos externos que puedan interferir en la lectura, como ocurre en los códigos de barras.

Mientras que un código de barras se estropea con gran facilidad, imposibilitando su lectura, una etiqueta RFID está pensada para durar en el tiempo. Aunque existen diferentes tipos y se fabrican en diferentes formatos, dichas etiquetas están preparadas para soportar una gran variedad de agentes externos.

Para la lectura de un código de barras se precisa de personal humano. La tecnología RFID permite utilizar herramientas de apoyo para su lectura automática. Además, algunos modelos de etiquetas RFID (UHF) no necesitan una orientación directa para su lectura. Permiten una mayor flexibilidad a la hora de su lectura. Estas características permiten una mayor eficiencia a la hora de la lectura, siendo hasta 25 veces más rápida que los códigos de barras si se trata de llevar el procesamiento y control en el inventario de un almacén, etc.

Si hablamos de seguridad, de nuevo nos encontramos con una tecnología mucho más avanzada que protege el contenido de la información. Mientras un código de barras se puede falsificar imprimiendo la etiqueta, un RFID requiere de un proceso mucho más complejo que dificulta de modo extremo su falsificación.

No solo nos encontramos con una tecnología mucho más eficiente por su precisión y rapidez a la hora de procesar todo tipo de datos incorporados en las etiquetas de producto. A todo ello hay que sumar la reducción de costes que supone la necesidad de contar con personal humano. La eficiencia de la tecnología RFID permite realizar inventarios periódicos, mientras que la lectura de códigos de barras se lleva a cabo en períodos de tiempo más amplios por ser un proceso mucho más laborioso y costoso.

Imagen: Flickr

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