Google, de ordenar Internet a fabricar coches

Cuando en 1998 dos jóvenes estudiantes de la Universidad de Stanford fundaron una compañía llamada Google con la misión de “organizar la información del mundo y hacerla universalmente accesible y útil”, pocos imaginaban que esa empresa se convertiría en poco tiempo en una de las más rentables del planeta. Los números de el gigante estadounidense de Internet son realmente asombrosos pues millones de personas utilizan cada día uno o varios de los productos que ofrecen en la red e incluso existen un verbo en inglés, “to google”, que define la búsqueda en Internet con el nombre de esta empresa.

Desde que en 2004 la compañía cotizara por primera vez en la bolsa de Nueva York, sus acciones han multiplicado su valor por más de 10. Desde los 85 dólares por título de salida hasta los 850 que rondan en la actualidad, tan sólo 9 años después.

Con todo el negocio que genera Google, no es de extrañar que la compañía tenga fondos suficientes para invertir en proyectos que otras empresas no se podrían ni plantear. Así, la iniciativa de poner a disposición de sus usuarios fotografías de todo el mundo, no sólo por satélite si no también a pie de calle con Streetview, conlleva un esfuerzo enorme y una inversión de recursos tanto humanos como materiales que pocos pueden afrontar.

Las innovaciones procedentes de trabajadores de la compañía son variadas. De forma más o menos frecuente, tenemos noticia de algunos de los proyectos puestos en marcha por parte de Google, cada vez menos dedicados en exclusiva al desarrollo de software. Ya son varios miles de kilómetros los que los coches sin conductor con el colorido logo han recorrido por carreteras de California y personas de diferentes lugares del mundo portan unas gafas con conexión a la red desarrolladas por los ingenieros de esta empresa.

Una de las últimas novedades que hemos conocido es la intención de Google de no sólo aportar los componentes informáticos a los nuevos automóviles inteligentes autónomos, si no que serían los encargados de diseñarlos por completo y fabricarlos aliándose para ello con expertos en el sector, copiando el modelo implantado con los teléfonos Nexus en el mundo de la automoción.

¿Llegará un día en que Google fabrique cualquier objeto que pueda tener acceso a Internet?

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