El título es una de las partes más importantes de un texto, ya que determinará el interés de los usuarios y que éstos sigan o no leyendo. Por eso, debe por una parte dejar claro el contenido del post y también ser creativo; es decir, llamar la atención de quién lo lee.
Uno de los primeros pasos que nos ayudarán a hacer un buen titular es hacerlo informativo. Según los medios especializados, el contenido debe quedar claro en un total de 70 caracteres, justo la mitad que un tweet. Este proceso nos ayudará a comprender qué queremos contar y poder hacer cambios posteriores. Una vez que tenemos esta información, podemos añadir una coletilla que sea más libre y resulte llamativa o probar a cambiar el orden de las estructuras de contenido, pues puede quedar también más creativo.
Pero en ocasiones este proceso es mental. Cuando ya sabemos qué queremos contar podemos idear directamente un título que no deje indiferente al lector. Para ello, debe potenciar una emoción o lo que es lo mismo, suponer una reacción emocional en él. Además, debe ser corto y trasmitir lo que busca sin rodeos.
Es conveniente pensar en las palabras clave que definen al artículo y así poder ayudarnos de las herramientas que ofrece Google para dar ideas sobre determinados temas. Otro aspecto que debemos tener en cuenta es que la creatividad se trabaja y viene muy bien preparar un calendario editorial para ir pensando ya los títulos desde tiempo atrás. Por último, intenta variar en la estructura de tus títulos, pues así resultarás ameno y interesarás más al lector.
